Catalina Gayá Riera —Arión Patrio— hace honor a su seudónimo literario...
Mitológico navegante del Mediterráneo, juglar enamorado del tiempo sin rumbo, o del rumbo sin tiempo... Cual espíritu prendado de un arte sobrenatural, el poeta egeo brinda su alma intemporal al dios e los sonidos.
Catalina, viajera infatigable de los sentimientos poéticos, reencuentra el alma de los antiguos molinos, y en las letras, impregnadas de sensibilidad... Y también, como el inmortal Arión, la escritora mallorquina recorre apasionada los caminos del tiempo y la leyenda.
Navega incesante en un mar de ilusiones, como un nuevo Arión, con alma de mujer... Una nueva expectativa, un tiempo nuevo, pero la misma emoción que embarga el alma estremecida de eufónicos sonidos.
Mil senderos la conducen a un despertar de su ilusión por la vida y las palabras, por los colores y las formas. En estos poemas, Catalina Gayá Riera eleva un canto a los molinos de viento de Baleares y del mundo.
Es un homenaje al trabajo fecundo, perfilado en enhiestas figuras de paladines armados caballeros, sobre sólidas peanas de mares y fuertes aspas de madera del olivo de la tierra que la vio nacer...
Mitológico navegante del Mediterráneo, juglar enamorado del tiempo sin rumbo, o del rumbo sin tiempo... Cual espíritu prendado de un arte sobrenatural, el poeta egeo brinda su alma intemporal al dios e los sonidos.
Catalina, viajera infatigable de los sentimientos poéticos, reencuentra el alma de los antiguos molinos, y en las letras, impregnadas de sensibilidad... Y también, como el inmortal Arión, la escritora mallorquina recorre apasionada los caminos del tiempo y la leyenda.
Navega incesante en un mar de ilusiones, como un nuevo Arión, con alma de mujer... Una nueva expectativa, un tiempo nuevo, pero la misma emoción que embarga el alma estremecida de eufónicos sonidos.
Mil senderos la conducen a un despertar de su ilusión por la vida y las palabras, por los colores y las formas. En estos poemas, Catalina Gayá Riera eleva un canto a los molinos de viento de Baleares y del mundo.
Es un homenaje al trabajo fecundo, perfilado en enhiestas figuras de paladines armados caballeros, sobre sólidas peanas de mares y fuertes aspas de madera del olivo de la tierra que la vio nacer...
