¿Con un pasado que se va perdiendo día a día en el infinito y entre nieblas, y sin conocer ni pretender adivinar nada del futuro... es posible encontrar, determinar precisamente y sin dudas, para luego extraerlo, un momento de la vida hacia y desde dónde todos lo demás convergen? ¿Puede existir un momento en la vida que aunque sea solo fugaz y casi imperceptible tiene el poder de darle sentido a todo lo que pasó, influir en todo lo que sucederá?
Tal vez fue ese día de primavera del 2012 conduciendo el auto por la autopista a Viena rumbo al reencuentro... Reencuentro que hasta entonces era solo una de esas ilusiones dormidas en un rincón oscuro del desván, crisálidas sin esperanzas ni capacidad de volar, de volverse realidad y que apenas se asoman de tanto en tanto mientras va pasando casi toda una vida. ¿Fue entonces? Mirándome desde acá como en un film, en la autopista no veo imágenes ni movimiento, pensamiento ni razonamientos, objetivos ni determinaciones, solamente remembranzas y nostalgias, ansias acobardadas, sueños que quieren despertar y renacer, todo atropellándose en mi cabeza.
Encuentros, separaciones y reencuentros. ¿Así se va armando el tejido de la vida? Lo más probable es que no fue esa sola vez mientras pasaban los kilómetros y más kilómetros, uno tras otro, sino varias, muchas veces, un proceso en el que las horas, días, meses fueron hilándose y entrelazándose hasta comenzar a formar el rompecabezas, este tapiz lleno de interrogantes que es la vida. Mi vida.
El punto de convergencia. En todo ese tejido formado por sesenta y cinco años, desde la niñez hasta ahora, sin negar ni dejar de agradecer ningún color ni ningún dibujo, lo que pasó y lo que podrá suceder, no tengo ninguna necesidad de buscar, ni de escarbar, ni recordar para saber perfectamente que ése es el punto de convergencia. Allí, donde comenzó el camino de regreso a casa. El momento del reencuentro.
Sobre el Autor
José Luis Pinczinger nació el 2 de abril de 1948, en el barrio Florida del partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires, Argentina. La escuela primaria la cursó en el Colegio San José de Florida de los Hermanos de La Salle.
A los nueve años comenzó a tomar clases privadas de violín. Ingresó en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, donde se recibió como profesor de música en el año 1968. Fue integrante del coro de la orquesta y el Trío de cámara de la institución.
Entre 1968 y 1971 formó parte del Coro Arquitectura en la cuerda de tenores. Comenzó cursos de Musicología en la Universidad del Salvador de Buenos Aires y de dirección de orquesta en el Teatro Colón.
Desde el año 1971 hasta el 1973 estudió como alumno becado en la Academia Liszt de Budapest. Hungría.
De 1974 a 1986 vivió en la ciudad de Villa Carlos Paz. Trabajó como profesor de música. Fue el Director de La Agrupación Coral de la Municipalidad de Villa Carlos Paz y el responsable de la Sección Música en la Dirección de Cultura.
En el ciclo lectivo del 1981-1982 estudió como alumno becado en la Schola Cantorum y el Instituto de música litúrgica de París.
Volvió a la ciudad de Villa Carlos Paz donde continuó trabajando como profesor.
En 1986 viajó nuevamente a Hungría. Trabajó hasta 1990 como Cantor de Iglesia y Director de los coros de adultos y de niños y jóvenes de la parroquia San Gerardo de Budapest.
Desde 1990 hasta el 2003 fue profesor de Música en el Colegio Secundario Cisterciense “San Emerico” de Budapest. Fue Director del Coro y la Orquesta del colegio. Dio clases como profesor auxiliar y suplente en Zsámbék, Hungría.
Desde 2003 hasta hoy trabaja en la Escuela de Oficios de Zsámbék de las monjas Premostratenses como profesor de música y organizador cultural. Fundó el periódico y la radio escolar. Es director del coro de la parroquia de esta misma ciudad.
Desde el 2004 hasta hoy dirige su propio conjunto de música religiosa, “Amor Sanctus”, de Budapest, con un repertorio compuesto en su mayor parte por obras escritas
Tal vez fue ese día de primavera del 2012 conduciendo el auto por la autopista a Viena rumbo al reencuentro... Reencuentro que hasta entonces era solo una de esas ilusiones dormidas en un rincón oscuro del desván, crisálidas sin esperanzas ni capacidad de volar, de volverse realidad y que apenas se asoman de tanto en tanto mientras va pasando casi toda una vida. ¿Fue entonces? Mirándome desde acá como en un film, en la autopista no veo imágenes ni movimiento, pensamiento ni razonamientos, objetivos ni determinaciones, solamente remembranzas y nostalgias, ansias acobardadas, sueños que quieren despertar y renacer, todo atropellándose en mi cabeza.
Encuentros, separaciones y reencuentros. ¿Así se va armando el tejido de la vida? Lo más probable es que no fue esa sola vez mientras pasaban los kilómetros y más kilómetros, uno tras otro, sino varias, muchas veces, un proceso en el que las horas, días, meses fueron hilándose y entrelazándose hasta comenzar a formar el rompecabezas, este tapiz lleno de interrogantes que es la vida. Mi vida.
El punto de convergencia. En todo ese tejido formado por sesenta y cinco años, desde la niñez hasta ahora, sin negar ni dejar de agradecer ningún color ni ningún dibujo, lo que pasó y lo que podrá suceder, no tengo ninguna necesidad de buscar, ni de escarbar, ni recordar para saber perfectamente que ése es el punto de convergencia. Allí, donde comenzó el camino de regreso a casa. El momento del reencuentro.
Sobre el Autor
José Luis Pinczinger nació el 2 de abril de 1948, en el barrio Florida del partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires, Argentina. La escuela primaria la cursó en el Colegio San José de Florida de los Hermanos de La Salle.
A los nueve años comenzó a tomar clases privadas de violín. Ingresó en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, donde se recibió como profesor de música en el año 1968. Fue integrante del coro de la orquesta y el Trío de cámara de la institución.
Entre 1968 y 1971 formó parte del Coro Arquitectura en la cuerda de tenores. Comenzó cursos de Musicología en la Universidad del Salvador de Buenos Aires y de dirección de orquesta en el Teatro Colón.
Desde el año 1971 hasta el 1973 estudió como alumno becado en la Academia Liszt de Budapest. Hungría.
De 1974 a 1986 vivió en la ciudad de Villa Carlos Paz. Trabajó como profesor de música. Fue el Director de La Agrupación Coral de la Municipalidad de Villa Carlos Paz y el responsable de la Sección Música en la Dirección de Cultura.
En el ciclo lectivo del 1981-1982 estudió como alumno becado en la Schola Cantorum y el Instituto de música litúrgica de París.
Volvió a la ciudad de Villa Carlos Paz donde continuó trabajando como profesor.
En 1986 viajó nuevamente a Hungría. Trabajó hasta 1990 como Cantor de Iglesia y Director de los coros de adultos y de niños y jóvenes de la parroquia San Gerardo de Budapest.
Desde 1990 hasta el 2003 fue profesor de Música en el Colegio Secundario Cisterciense “San Emerico” de Budapest. Fue Director del Coro y la Orquesta del colegio. Dio clases como profesor auxiliar y suplente en Zsámbék, Hungría.
Desde 2003 hasta hoy trabaja en la Escuela de Oficios de Zsámbék de las monjas Premostratenses como profesor de música y organizador cultural. Fundó el periódico y la radio escolar. Es director del coro de la parroquia de esta misma ciudad.
Desde el 2004 hasta hoy dirige su propio conjunto de música religiosa, “Amor Sanctus”, de Budapest, con un repertorio compuesto en su mayor parte por obras escritas