Este es el último libro que escribió Santa Teresa de Jesús. Según muchos estudiosos es su mejor obra; y una de las cumbres de la mística cristiana y de la prosa española del Siglo de Oro. El plan de Las moradas sirve como guía para el desarrollo espiritual a través del servicio y la oración:
-La primera morada explica la situación del hombre ordinario que vive fuera del castillo del alma (hombre dormido), aprisionado por los asuntos del mundo y explica la forma para entrar dentro del castillo del alma.
- La segunda morada explica la batalla o resistencia que ofrece nuestra naturaleza humana inferior o ego (hombre dormido) una vez que hemos iniciado el viaje de regreso a nuestra esencia espiritual.
- La tercera morada explica que, una vez ganada la batalla contra nuestra naturaleza inferior, el sendero o viaje de regreso a nuestra esencia espiritual queda libre para ser recorrido con relativa facilidad.
- La cuarta morada es el estado de una mente en silencio, calma o reposo que se ha alcanzado con grandes esfuerzos. Es también la frontera entre el reino humano y el espiritual. El iniciado sólo puede avanzar hasta aquí por sus propias fuerzas; para pasar a las moradas que siguen es Dios el que “lo toma y lo mete ahí” (estado de éxtasis).
- La quinta morada es ya, técnicamente, un estado de éxtasis más allá del universo fenoménico, más allá del cuerpo y la mente, donde se vive la unicidad con Dios. Santa Teresa llama a este estado “oración de unión”.
- La sexta morada es, en esencia, igual a la anterior, con la diferencia que ahora el iniciado empieza a darse cuenta que conforme el proceso avance terminará fusionándose indisolublemente con Dios. Por eso, Santa Teresa llama a este estado “esposorio espiritual”; es decir, promesa de matrimonio que hace Dios al alma.
- La séptima morada es la suprema culminación, en la cual el iniciado se hace indisolublemente uno con Dios. Este es el último peldaño de la escala mística de regreso a Dios: “Yo y el Padre somos uno” (Jn. 10:30). Santa Teresa lo llama “matrimonio espiritual”.
-La primera morada explica la situación del hombre ordinario que vive fuera del castillo del alma (hombre dormido), aprisionado por los asuntos del mundo y explica la forma para entrar dentro del castillo del alma.
- La segunda morada explica la batalla o resistencia que ofrece nuestra naturaleza humana inferior o ego (hombre dormido) una vez que hemos iniciado el viaje de regreso a nuestra esencia espiritual.
- La tercera morada explica que, una vez ganada la batalla contra nuestra naturaleza inferior, el sendero o viaje de regreso a nuestra esencia espiritual queda libre para ser recorrido con relativa facilidad.
- La cuarta morada es el estado de una mente en silencio, calma o reposo que se ha alcanzado con grandes esfuerzos. Es también la frontera entre el reino humano y el espiritual. El iniciado sólo puede avanzar hasta aquí por sus propias fuerzas; para pasar a las moradas que siguen es Dios el que “lo toma y lo mete ahí” (estado de éxtasis).
- La quinta morada es ya, técnicamente, un estado de éxtasis más allá del universo fenoménico, más allá del cuerpo y la mente, donde se vive la unicidad con Dios. Santa Teresa llama a este estado “oración de unión”.
- La sexta morada es, en esencia, igual a la anterior, con la diferencia que ahora el iniciado empieza a darse cuenta que conforme el proceso avance terminará fusionándose indisolublemente con Dios. Por eso, Santa Teresa llama a este estado “esposorio espiritual”; es decir, promesa de matrimonio que hace Dios al alma.
- La séptima morada es la suprema culminación, en la cual el iniciado se hace indisolublemente uno con Dios. Este es el último peldaño de la escala mística de regreso a Dios: “Yo y el Padre somos uno” (Jn. 10:30). Santa Teresa lo llama “matrimonio espiritual”.