[VERSIÓN SIN FOTOS]
Soñé con un viaje sin billete de vuelta y tras unos años, logré dejar los miedos atrás y coger la mochila.
Me fui de España en autoestop y durmiendo en casas de gente que me trató como de la familia gracias al couchsurfing. Dos meses después pasé la frontera turca y llegué a Estambul. Me recorrí Turquía por la costa hasta adentrarme en Pammukale, las tierras de los delviches y la gran capadoccia. En las navidades del 2013 volé a Nepal donde me esperaban unos amigos y celebramos el nuevo año en Kadmandu. Empecé el año meditando en silencio en un curso de vipassana. Pasé la frontera de India en un carro y estuve dos meses visitando la cultura hindú. Practiqué yoga en Rishikesh y a mediados de marzo me fui al sureste asiático. En Bangkok empecé a recorrer Tailandia, a hacer senderismo en Laos, conocer villas remotas y probar un caldo de serpiente. Entré por el norte de Vietnam y bajé hasta el sur, por donde crucé la frontera a Camboya. Mi último país que me sirvió de guinda del pastel al retroceder miles de años en los famosos templos de Angkor.
Un viaje que me cambió la vida y me convirtió en un mochilero de provincias.
El libro narra mi aventura, mis encuentros y desencuentros. Sin dar lecciones, explico qué es eso del couchsurfing y cómo me fue haciendo autoestop en europa. Por qué la meditación me despertó de mi letargo y por qué quiero volver a vivir un viaje así.
Incluyo gastos por países al detalle.
Soñé con un viaje sin billete de vuelta y tras unos años, logré dejar los miedos atrás y coger la mochila.
Me fui de España en autoestop y durmiendo en casas de gente que me trató como de la familia gracias al couchsurfing. Dos meses después pasé la frontera turca y llegué a Estambul. Me recorrí Turquía por la costa hasta adentrarme en Pammukale, las tierras de los delviches y la gran capadoccia. En las navidades del 2013 volé a Nepal donde me esperaban unos amigos y celebramos el nuevo año en Kadmandu. Empecé el año meditando en silencio en un curso de vipassana. Pasé la frontera de India en un carro y estuve dos meses visitando la cultura hindú. Practiqué yoga en Rishikesh y a mediados de marzo me fui al sureste asiático. En Bangkok empecé a recorrer Tailandia, a hacer senderismo en Laos, conocer villas remotas y probar un caldo de serpiente. Entré por el norte de Vietnam y bajé hasta el sur, por donde crucé la frontera a Camboya. Mi último país que me sirvió de guinda del pastel al retroceder miles de años en los famosos templos de Angkor.
Un viaje que me cambió la vida y me convirtió en un mochilero de provincias.
El libro narra mi aventura, mis encuentros y desencuentros. Sin dar lecciones, explico qué es eso del couchsurfing y cómo me fue haciendo autoestop en europa. Por qué la meditación me despertó de mi letargo y por qué quiero volver a vivir un viaje así.
Incluyo gastos por países al detalle.
