Alcanzar la felicidad requiere de satisfacer muchas necesidades y terminar con muchos vicios. En este libro te aporto una parte de esa solución; dejando de procrastinar aquello que importa y desechando aquello que no importa. Si estás comenzando a leer este libro es porque seguro has caído en el vicio de la procrastinación.
"¿Por qué hacer las cosas en este momento si puedo hacerlas más tarde?” es el pensamiento arrogante de este mal hábito. Sin embargo tu pensarás, “bueno, pero es cierto, podré hacerlo más tarde, ¿cuál es el problema?”... pues te engañas.
Me gastaría muchísimas páginas describiendo todos los momentos en tu vida en que procrastinaste.
Y es en este punto donde nunca nos decidimos a lograr el momento que nos hará felices. Creemos que cuando lleguemos a obtener el peso ideal, o la cantidad de dinero suficiente para cubrir todas nuestras necesidades o alguna otra cosa que deseamos, en ese momento podremos por fin ser felices. Pero cuando este momento es alcanzado y logramos obtener esos objetivos que buscábamos con tanta vehemencia, nos encontramos con la sensación de que ese objetivo no nos satisface como creíamos. La felicidad no se encuentra en alcanzar cosas, coleccionar objetos u obtener lo que deseábamos. La felicidad se encuentra en el proceso de realizar nuestras actividades diarias y encontrar la satisfacción en el desarrollo de estos objetivos, no en el resultado en sí mismo.
Así que debes disfrutar el proceso de cualquier actividad que desempeñes. El resultado positivo o negativo será menos importante cuando llegue, porque al final habrás disfrutado de la actividad, y perder o ganar pasará a un segundo plano. Claro, es mejor ganar en lo que te propones por todas las connotaciones que van implícitas en obtener retribuciones, beneficios que son satisfactorios desde la perspectiva del ganador, pero aun perdiendo, si disfrutaste el proceso, no existirá arrepentimiento o frustración, porque ya ganaste, en el acto de atreverte a lograr tus objetivos. Es muy famosa la frase que nos dice, “lo importante no es ganar sino participar”. Yo siempre creí que esta frase era de perdedores, de conformistas, de gente que encuentra consuelo después de que han perdido en la vida, pero ahora me doy cuenta que estaba equivocado, porque perseguía el resultado y no gozar del proceso. Esta es una trampa muy común en la que todos caemos. Creer que cuando lleguemos a la meta seremos felices. Este error se aplica en muchos aspectos de la vida pero el más representativo es creer que cuando encontremos el amor, podremos ser más felices, y nada más errado que eso. Debes ser feliz mucho antes de encontrar el amor. Siendo feliz contigo mismo podrás encontrar el amor más fácil. Lo mismo aplica para encontrar un buen trabajo o encontrar un buen hogar. Debes dejar de postergar la felicidad que está en ti porque puedes alcanzarla el día de hoy si te lo propones. Deja de comportarte como un perro ávido de recibir su galleta, su premio, porque la felicidad esta hoy, aquí; no esperes ser feliz hasta que la vida te otorgue su galleta, vuélvete feliz en cada momento que realices. Y para encontrar felicidad en estos tiempos necesitas dejar de esperar que la vida te otorgue recompensas, disfruta el día de hoy porque lo único que tienes realmente es el presente. El pasado ya se fue y el futuro es incierto. Nada te asegura que estarás vivo el día de mañana, así que no tiene sentido esperar a ser feliz, retrasar tu felicidad hasta que obtengas esto o aquello. Esta actitud sólo hará que postergues tu felicidad y a mí me interesa que empieces a ser feliz el día de hoy. Así que por eso te propongo que empieces a ser feliz a partir de hoy y dejes de procrastinar. Te otorgo este libro para que lo logres.
"¿Por qué hacer las cosas en este momento si puedo hacerlas más tarde?” es el pensamiento arrogante de este mal hábito. Sin embargo tu pensarás, “bueno, pero es cierto, podré hacerlo más tarde, ¿cuál es el problema?”... pues te engañas.
Me gastaría muchísimas páginas describiendo todos los momentos en tu vida en que procrastinaste.
Y es en este punto donde nunca nos decidimos a lograr el momento que nos hará felices. Creemos que cuando lleguemos a obtener el peso ideal, o la cantidad de dinero suficiente para cubrir todas nuestras necesidades o alguna otra cosa que deseamos, en ese momento podremos por fin ser felices. Pero cuando este momento es alcanzado y logramos obtener esos objetivos que buscábamos con tanta vehemencia, nos encontramos con la sensación de que ese objetivo no nos satisface como creíamos. La felicidad no se encuentra en alcanzar cosas, coleccionar objetos u obtener lo que deseábamos. La felicidad se encuentra en el proceso de realizar nuestras actividades diarias y encontrar la satisfacción en el desarrollo de estos objetivos, no en el resultado en sí mismo.
Así que debes disfrutar el proceso de cualquier actividad que desempeñes. El resultado positivo o negativo será menos importante cuando llegue, porque al final habrás disfrutado de la actividad, y perder o ganar pasará a un segundo plano. Claro, es mejor ganar en lo que te propones por todas las connotaciones que van implícitas en obtener retribuciones, beneficios que son satisfactorios desde la perspectiva del ganador, pero aun perdiendo, si disfrutaste el proceso, no existirá arrepentimiento o frustración, porque ya ganaste, en el acto de atreverte a lograr tus objetivos. Es muy famosa la frase que nos dice, “lo importante no es ganar sino participar”. Yo siempre creí que esta frase era de perdedores, de conformistas, de gente que encuentra consuelo después de que han perdido en la vida, pero ahora me doy cuenta que estaba equivocado, porque perseguía el resultado y no gozar del proceso. Esta es una trampa muy común en la que todos caemos. Creer que cuando lleguemos a la meta seremos felices. Este error se aplica en muchos aspectos de la vida pero el más representativo es creer que cuando encontremos el amor, podremos ser más felices, y nada más errado que eso. Debes ser feliz mucho antes de encontrar el amor. Siendo feliz contigo mismo podrás encontrar el amor más fácil. Lo mismo aplica para encontrar un buen trabajo o encontrar un buen hogar. Debes dejar de postergar la felicidad que está en ti porque puedes alcanzarla el día de hoy si te lo propones. Deja de comportarte como un perro ávido de recibir su galleta, su premio, porque la felicidad esta hoy, aquí; no esperes ser feliz hasta que la vida te otorgue su galleta, vuélvete feliz en cada momento que realices. Y para encontrar felicidad en estos tiempos necesitas dejar de esperar que la vida te otorgue recompensas, disfruta el día de hoy porque lo único que tienes realmente es el presente. El pasado ya se fue y el futuro es incierto. Nada te asegura que estarás vivo el día de mañana, así que no tiene sentido esperar a ser feliz, retrasar tu felicidad hasta que obtengas esto o aquello. Esta actitud sólo hará que postergues tu felicidad y a mí me interesa que empieces a ser feliz el día de hoy. Así que por eso te propongo que empieces a ser feliz a partir de hoy y dejes de procrastinar. Te otorgo este libro para que lo logres.