Todas las personas tienen la capacidad y la virtud de poder amar y ser amados. Unos, aman toda la vida, otros, tal vez, menos. Cuando se ama, no existe medición del tiempo ni del espacio. La noche, esa noche estrellada, se transforma en un mar de pensamientos donde la estrella polar es el nombre de la persona amada, las estrellas fugaces son los rasguños vivos del sentimiento que arde dentro de nosotros y la luna, esa luna de nácar e incienso, es el faro de nuestras ilusiones, de la ternura del alma y del grito de amor lanzado a los cuatro vientos.
El amor es así, caprichoso e insolente. El hombre no se enamora de quien quiere, sino de quien es. El amor no tiene fórmula, siempre ha sido la respuesta pendiente de la ciencia. En él se han inspirado los hombres para luchar por lo que desean, por lo que ambicionan, por lo que anhelan.
Este poemario está dedicado a todas las personas que han logrado llenar su corazón del más grande sentimiento que nos fue dado por el arquitecto de destinos.
Para todos los que aman, recuerden que el amor se fortalece en la misma medida que nos importa más amar que ser amados.
Para los que lo han intentado, los que lo han encontrado, los que lo viven, los que aun lo esperan y los que han perdido en el intento; para ustedes mi propuesta.
El amor es así, caprichoso e insolente. El hombre no se enamora de quien quiere, sino de quien es. El amor no tiene fórmula, siempre ha sido la respuesta pendiente de la ciencia. En él se han inspirado los hombres para luchar por lo que desean, por lo que ambicionan, por lo que anhelan.
Este poemario está dedicado a todas las personas que han logrado llenar su corazón del más grande sentimiento que nos fue dado por el arquitecto de destinos.
Para todos los que aman, recuerden que el amor se fortalece en la misma medida que nos importa más amar que ser amados.
Para los que lo han intentado, los que lo han encontrado, los que lo viven, los que aun lo esperan y los que han perdido en el intento; para ustedes mi propuesta.