Para hacernos una idea más o menos precisa de Asmodeo Marte Luna, el hijo de perdición, hemos de describir, en primer lugar, su complexión y temperamento: ojos dispares, rojo uno, grisáceo el otro; de piel acromática y nula oscuridad; la cabeza cabalmente desnuda; labios rojos y gruesos que se contraen despectivos, deslizando por sus comisuras un alto nivel de crueldad; una estatura superior a los dos metros; de anchos hombros; la mirada impasible, de fiera al acecho; su vestir elegantemente clásico, no sujeto a las modas, y un extraordinario poder económico que nunca dudará en utilizar a la hora de satisfacer un capricho.
Este hombre es la irrupción del mal en la vida cotidiana y sus funestas consecuencias. Lidera una oscura orden secreta cuyo objetivo principal es encumbrarlo a la cima del mundo, como el Anticristo, aquel perverso gobernador del mundo anunciado hace tiempo por el profeta de Patmos, una identidad que se toma tan en serio, que sus actos se derivan del papel que ha decidido asumir, siempre en consonancia con la personalidad que él atribuye al personaje del libro de las Revelaciones. Advierto que en un individuo como él es difícil precisar si actúa vilmente debido a la caracterización de ese papel imaginario, o si, por el contrario, dicho papel es un pretexto para desatar sus pasiones más groseras. Mientras individuos como él habitan la tierra, se instaura otra lógica, otro paradigma mental que contradice frontalmente nuestra manera “normal” y positiva de entender las cosas.
Este hombre es la irrupción del mal en la vida cotidiana y sus funestas consecuencias. Lidera una oscura orden secreta cuyo objetivo principal es encumbrarlo a la cima del mundo, como el Anticristo, aquel perverso gobernador del mundo anunciado hace tiempo por el profeta de Patmos, una identidad que se toma tan en serio, que sus actos se derivan del papel que ha decidido asumir, siempre en consonancia con la personalidad que él atribuye al personaje del libro de las Revelaciones. Advierto que en un individuo como él es difícil precisar si actúa vilmente debido a la caracterización de ese papel imaginario, o si, por el contrario, dicho papel es un pretexto para desatar sus pasiones más groseras. Mientras individuos como él habitan la tierra, se instaura otra lógica, otro paradigma mental que contradice frontalmente nuestra manera “normal” y positiva de entender las cosas.
