El jilguero Blas
Un jilguerillo nació con el pico torcido hacia arriba, por lo cual
pasaba hambre porque la comida se le caía del pico. Su padre voló
buscando consejos y ayudas para salvarlo, y hasta se enfrentó al temible
gavilán. Al final, él mismo encontró la solución, un sistema que
después le copiaron los humanos para dar de comer a las personas
enfermas.
Araceli y su muñeca de trapo
Areceli era una niña tan pobre que ni juguetes tenía. Su madre
recogió de la basura una muñeca toda rota, la lavó, zurció y limpió
y, aunque quedó hecha un adefesio, se la entregó a su hija, quien
la recibió como la muñeca más linda del mundo. Tanto la quería y
mimaba que contagió su afecto a los demás.
El girasol testarudo
Pedro era un girasol testarudo y cabezón que, porque el hortelano
lo plantó en un surco que él no quería, se declaró en huelga
de cabeza vuelta. Así, mientras todos los girasoles miraban al sol,
él daba la espalda. Aquello resultó un problema mayor de orden
público que solo una linda girasola supo resolver.
Un jilguerillo nació con el pico torcido hacia arriba, por lo cual
pasaba hambre porque la comida se le caía del pico. Su padre voló
buscando consejos y ayudas para salvarlo, y hasta se enfrentó al temible
gavilán. Al final, él mismo encontró la solución, un sistema que
después le copiaron los humanos para dar de comer a las personas
enfermas.
Araceli y su muñeca de trapo
Areceli era una niña tan pobre que ni juguetes tenía. Su madre
recogió de la basura una muñeca toda rota, la lavó, zurció y limpió
y, aunque quedó hecha un adefesio, se la entregó a su hija, quien
la recibió como la muñeca más linda del mundo. Tanto la quería y
mimaba que contagió su afecto a los demás.
El girasol testarudo
Pedro era un girasol testarudo y cabezón que, porque el hortelano
lo plantó en un surco que él no quería, se declaró en huelga
de cabeza vuelta. Así, mientras todos los girasoles miraban al sol,
él daba la espalda. Aquello resultó un problema mayor de orden
público que solo una linda girasola supo resolver.