El protagonista, conocido solamente como K., lucha para poder acceder a las misteriosas autoridades de un castillo que gobierna el pueblo al cual K. ha llegado a trabajar como agrimensor. Oscura y a ratos surrealista, El castillo trata sobre la alienación, la burocracia, y la frustración, aparentemente interminable, de los intentos de un hombre de oponerse al sistema.
Narra la historia del agrimensor K. en su intento imposible de acceder a un castillo cuyos propietarios le han contratado para realizar un trabajo del que ni siquiera sabe su naturaleza. K. se aloja en el pueblo vecino, a la espera de poder contactar con sus patrones, encontrándose en un microcosmos del que no entiende las normas legales ni de comportamiento. A lo largo de la obra uno puede percibir la irracionalidad que reina dentro de este microcosmos, una psicología desesperante, que trata de acercarnos a la realidad de la época en que fue escrita; donde un individuo, menos aún uno desconocido y odiado, nada puede hacer frente a un sistema que, habiendo sido creado por hombres, no tiene nada de humano.
Narra la historia del agrimensor K. en su intento imposible de acceder a un castillo cuyos propietarios le han contratado para realizar un trabajo del que ni siquiera sabe su naturaleza. K. se aloja en el pueblo vecino, a la espera de poder contactar con sus patrones, encontrándose en un microcosmos del que no entiende las normas legales ni de comportamiento. A lo largo de la obra uno puede percibir la irracionalidad que reina dentro de este microcosmos, una psicología desesperante, que trata de acercarnos a la realidad de la época en que fue escrita; donde un individuo, menos aún uno desconocido y odiado, nada puede hacer frente a un sistema que, habiendo sido creado por hombres, no tiene nada de humano.