Un mundo de fantasía donde nada es lo que parece, las princesas son salvajes dríades; los plebeyos, príncipes encantadores, y el rey, el más insaciable de los verdugos.
Un rumor recorre el Reino del Verdugo. Una joven de singular belleza camina desnuda entre los robles del Bosque Prohibido. Una salvaje dríade que atrapa en sus redes de placer a los incautos que, desafiando la ley, osan adentrarse en la mágica floresta. Hay incluso quien asegura que es la hija bastarda del rey.
El trabajo de Kier consiste en crear útiles tallas de madera con las que dar placer a las damas. Un trabajo que no le agrada y que además tiene un gran inconveniente: para evitar encontronazos con maridos furiosos debe satisfacer los encargos de las damas en el Bosque Prohibido y, cada vez que se adentra en este, se siente observado.
El Rey Verdugo gobierna con implacable justicia no carente de crueldad; solo Gard, capitán de la guardia, puede contener al irascible monarca. Pero ni siquiera el inmutable soldado es capaz de detener al rey cuando llega el rumor de que alguien ha osado adentrarse en el Bosque Prohibido
Oculta entre las ramas de los robles, Aisling observa en silencio juegos que anhela compartir. Un día, al escuchar el dolor en la voz del hombre al que acecha, ignora las órdenes y consejos de quienes la protegen y decide abandonar la seguridad del bosque para poseer a aquel que desea.