El jueves 28 de noviembre de 1972, el doctor Francis Goodman y su esposa Emma salieron en su auto de su casa en Nashville hacia Ashland City, un viaje relativamente corto donde vivía Rose Fitzgerald, la hermana de Emma. Ellos se reunían todos los años para celebrar la cena tradicional del día de Acción de Gracias. En el camino, debido al deterioro del tiempo por la acumulación de nieve, los Goodman tuvieron un accidente en el que rodaron por un pequeño precipicio. No sufrieron daños pero el auto quedó atascado, por lo que Francis le dijo a su esposa, según su declaración a la Patrulla de Carreteras dada esa misma tarde en la casa de Rose, que saldría a buscar ayuda en medio de una ventisca y que esperara en el carro hasta que él regresara, pero cuando regresó esa misma tarde con la Patrulla de Carreteras, ya estaba tan oscuro que él no pudo precisar el lugar del accidente.
Cuando Francis regresó al día siguiente con los patrulleros, su esposa no estaba en el auto. La puerta la había dejado abierta y la nieve había borrado las huellas, y no había forma de saber hacia dónde se había dirigido. No había nada cerca y el sitio estaba rodeado de un gran campo abierto. Todos los esfuerzos que se hicieron en las semanas subsiguientes para encontrar a Emma por distintas organizaciones públicas y civiles, la radio, la prensa y la televisión, nunca lograron su propósito, al punto que poco tiempo después se declaró oficialmente como desaparecida.
La policía trató el caso como una desaparición y hasta destacaron a un viejo detective para que la liderara, pero en la medida que las investigaciones avanzaron pronto se convencieron que Emma Goodman no estaba en ninguna parte y la investigación, prácticamente se cerró. Inesperadamente, poco tiempo después, salió a relucir una inesperada información que implicaba al Dr. Goodman, y que dio lugar a que se reiniciaran las investigaciones, esta vez, con un nuevo detective a la cabeza, lo que evidenció, además de fallas en las investigaciones iniciales, que el Dr. Goodman y su cuñada habían preparado la desaparición de su esposa. Con esas consideraciones, la Fiscalía concluyó que había suficientes evidencias contra Dr. Goodman y Rose Fitzgerald para implicarlos en la desaparición de su esposa.
La Fiscalía, concluyendo que habían existido tanto la oportunidad como el motivo, acusó a ambos de asesinato con premeditación, ventaja y alevosía y solicitó la pena capital. Por haber sido un juicio al cual se le había dado una publicidad extraordinaria, se radicó en Ashland City, por lo que la defensa tenía que conseguir una forma que desbaratara la espectacularidad de la acusación, y por eso consideró que tenía que presentar un testimonio que desbaratara a la defensa de una forma irrebatible y contundente, por no decir, también, espectacular. El juicio se llevó a cabo con un público tan grande que se tuvo que hacer en una sala de cine que se llenó de pared a pared. La Fiscalía derrochó grandilocuencia y el público la aceptó, por lo que la defensa calculó que lo único que podía hacer era presentar a un solo testigo porque solo tendría una oportunidad para desbaratar al Fiscal, y que no podía ser presentar a la esposa. Tenía que ser algo mejor. El Testigo vino de donde nadie se lo imaginaba.
Cuando Francis regresó al día siguiente con los patrulleros, su esposa no estaba en el auto. La puerta la había dejado abierta y la nieve había borrado las huellas, y no había forma de saber hacia dónde se había dirigido. No había nada cerca y el sitio estaba rodeado de un gran campo abierto. Todos los esfuerzos que se hicieron en las semanas subsiguientes para encontrar a Emma por distintas organizaciones públicas y civiles, la radio, la prensa y la televisión, nunca lograron su propósito, al punto que poco tiempo después se declaró oficialmente como desaparecida.
La policía trató el caso como una desaparición y hasta destacaron a un viejo detective para que la liderara, pero en la medida que las investigaciones avanzaron pronto se convencieron que Emma Goodman no estaba en ninguna parte y la investigación, prácticamente se cerró. Inesperadamente, poco tiempo después, salió a relucir una inesperada información que implicaba al Dr. Goodman, y que dio lugar a que se reiniciaran las investigaciones, esta vez, con un nuevo detective a la cabeza, lo que evidenció, además de fallas en las investigaciones iniciales, que el Dr. Goodman y su cuñada habían preparado la desaparición de su esposa. Con esas consideraciones, la Fiscalía concluyó que había suficientes evidencias contra Dr. Goodman y Rose Fitzgerald para implicarlos en la desaparición de su esposa.
La Fiscalía, concluyendo que habían existido tanto la oportunidad como el motivo, acusó a ambos de asesinato con premeditación, ventaja y alevosía y solicitó la pena capital. Por haber sido un juicio al cual se le había dado una publicidad extraordinaria, se radicó en Ashland City, por lo que la defensa tenía que conseguir una forma que desbaratara la espectacularidad de la acusación, y por eso consideró que tenía que presentar un testimonio que desbaratara a la defensa de una forma irrebatible y contundente, por no decir, también, espectacular. El juicio se llevó a cabo con un público tan grande que se tuvo que hacer en una sala de cine que se llenó de pared a pared. La Fiscalía derrochó grandilocuencia y el público la aceptó, por lo que la defensa calculó que lo único que podía hacer era presentar a un solo testigo porque solo tendría una oportunidad para desbaratar al Fiscal, y que no podía ser presentar a la esposa. Tenía que ser algo mejor. El Testigo vino de donde nadie se lo imaginaba.
