El soldado mallorquín Jerónimo Riutort ni siquiera sabe donde quedan las Islas Filipinas cuando, y a pesar del significado de su segundo nombre, Buenaventura, lo sortean para ir a defender aquella lejana colonia del Pacífico. En cambio, el teniente Ruiz tiene muy claro cómo es el lugar al que va destinado. Un lugar en el que, por encima del poder terrenal, representado por los capitanes generales enviados desde España, gobierna un sólo hombre: fray Bernardo Nogales, arzobispo de Manila.
La novela es una visión de los últimos años de la dominación española a través de estos tres personajes, que viven la guerra con los Estados Unidos de América, el posterior conflicto filipino-americano y la repatriación, tras un largo cautiverio que, aún hoy en día, constituye un episodio casi desconocido o voluntariamente olvidado del declive del antiguo imperio.
La novela es una visión de los últimos años de la dominación española a través de estos tres personajes, que viven la guerra con los Estados Unidos de América, el posterior conflicto filipino-americano y la repatriación, tras un largo cautiverio que, aún hoy en día, constituye un episodio casi desconocido o voluntariamente olvidado del declive del antiguo imperio.