Tórrida, torturada y escandalosa —como en las novelas— es la historia que Strachey dramatiza en Isabel y Essex. Elizabeth I, reina de Inglaterra, y Robert Devereux, conde de Essex. Tal romance comenzó en 1587, cuando ella tenía cincuenta y tres años, y el mancebo sólo diecinueve años; los amoríos duraron cinco años.
El final es extremadamente trágico ya que Essex fue decapitado por traición en 1601. El libro expone los detalles que anteceden a tal evento.
Lytton Strachey emplea una prosa de ritmo acelerado, casi desenfrenado —para una narración basada en la historia— con escenas poderosas, pero a la vez exquisitas del amor individual, el poder individual y la política de ambición y poder. A medida que avanza la historia, un séquito de cortesanos entran en escena: Francis Bacon, Walter Raleigh, Robert Cecil, y muchos otros.
Dada la diferencia de edad de los explosivos amantes, tal romance estaba condenado a terminar mal de antemano. Pero lo que es importante en esta "historia trágica," es que el autor captura con gracia, no solo lo positivo y fascinante, sino también las intrigas, envidias, rencillas, y odios de la era isabelina.
El final es extremadamente trágico ya que Essex fue decapitado por traición en 1601. El libro expone los detalles que anteceden a tal evento.
Lytton Strachey emplea una prosa de ritmo acelerado, casi desenfrenado —para una narración basada en la historia— con escenas poderosas, pero a la vez exquisitas del amor individual, el poder individual y la política de ambición y poder. A medida que avanza la historia, un séquito de cortesanos entran en escena: Francis Bacon, Walter Raleigh, Robert Cecil, y muchos otros.
Dada la diferencia de edad de los explosivos amantes, tal romance estaba condenado a terminar mal de antemano. Pero lo que es importante en esta "historia trágica," es que el autor captura con gracia, no solo lo positivo y fascinante, sino también las intrigas, envidias, rencillas, y odios de la era isabelina.
