El primer año en la universidad trae consigo un sinfín de descubrimientos, algunos más extremos que otros; se abre un mundo nuevo, dejas atrás, de cierta manera, “el nido”; tal vez, para otros, llega la tan ansiada libertad y empiezas a ver el mundo de forma distinta, fuera de la protección 24/7 de los padres. Para otros, tal vez la gran mayoría, se define al ser adulto y se re-descubre en todo sentido; los cuestionamientos propios de la adolescencia salen a flote, las convicciones se hacen más fuertes, conoces a los que se transforman en los amigos de la vida y empiezas a liberarte de lo que te destruye o te carcome. Liberta es eso, y un poco más…
“Chiflaban, las piedras golpeaban sobre el guanaco, las molotov explotaban cerca de los ¡pacos culiaos! y, más enfurecida que nunca, encendía la primera mecha.
La Marce adelante, con su pelo rojo envuelto en un pañuelo, me hizo un gesto con los ojos, asintiendo para que lanzara de una vez.
Mi respiración agitada chocaba con la tela negra que me cubría y solo logré ver el punto exacto, antes de darme el impulso necesario y lanzar. La botella impactó en el escudo del paco que, alineado, trataba de protegerse.
Se me erizó la piel, la libertad me supo a furia y mi sonrisa desapareció bajo mi capucha primeriza.”
“Chiflaban, las piedras golpeaban sobre el guanaco, las molotov explotaban cerca de los ¡pacos culiaos! y, más enfurecida que nunca, encendía la primera mecha.
La Marce adelante, con su pelo rojo envuelto en un pañuelo, me hizo un gesto con los ojos, asintiendo para que lanzara de una vez.
Mi respiración agitada chocaba con la tela negra que me cubría y solo logré ver el punto exacto, antes de darme el impulso necesario y lanzar. La botella impactó en el escudo del paco que, alineado, trataba de protegerse.
Se me erizó la piel, la libertad me supo a furia y mi sonrisa desapareció bajo mi capucha primeriza.”