Unos niños juegan. Su diversión es el ping-pong. No se ponen el problema de lo que es Italia. Para ellos es el lugar donde han nacido. Saben que hay varios dialectos, las condiciones económicas son distintas y el clima también es diferente. Pero en sus corazones es Italia y basta.
Admiran los jugadores de otros países. Tienen curiosidad, se reflejan en ellos y se comparan. En sus corazones sueñan con vestir la camiseta de la selección “azzurra”, con el orgullo de ser uno de los pocos en representar a Italia. Con tranquilidad y competitividad. Ven caras, maneras, colores y banderas de sus oponentes. Todo es tan emocionante, están felices de pertenecer a una nación, como otras.
Admiran los jugadores de otros países. Tienen curiosidad, se reflejan en ellos y se comparan. En sus corazones sueñan con vestir la camiseta de la selección “azzurra”, con el orgullo de ser uno de los pocos en representar a Italia. Con tranquilidad y competitividad. Ven caras, maneras, colores y banderas de sus oponentes. Todo es tan emocionante, están felices de pertenecer a una nación, como otras.