Cómo se transformó el Estado argentino en diez años de kirchnerismo: de moderno y expansivo a elefantiásico, ineficiente y corrupto estatal donde el agua, el gas, el petróleo, la electricidad, los teléfonos, las rutas, las autopistas y las telecomunicaciones se volvieron botines políticos.
¿Cómo es que el kirchnerismo pasó de gestionar un Estado moderno, que mejoró la vida de amplios sectores sociales, a otro sobredimensionado, caro, ineficiente y corrupto? Desde el fútbol hasta los servicios públicos, no quedó sector sin intervención estatal: el agua, el gas, el petróleo, la electricidad, las rutas y autopistas y las telecomunicaciones se volvieron botines políticos y fuentes de empleo para militantes oficialistas.
En el transcurso de una década, la Argentina sufrió la pérdida del autoabastecimiento energético, de la diversidad de su producción agropecuaria y de la inversión en infraestructura; a esto se le sumó la fuga de capitales por 80.000 millones de dólares. Al final del ciclo, el déficit fiscal del 4% del PBI se asemeja al de los peores momentos de la convertibilidad. La inflación, el default y el cepo cambiario agravaron la recesión y aumentaron la pobreza y el desempleo.
Desde los pasillos y oficinas donde se ejerce el poder político y económico, Diego Cabot y Francisco Olivera reconstruyen con información inédita un relato hipnótico que permite comprender a fondo cómo se construyó el "Modelo" y cuáles fueron sus paradójicos resultados.