Sinopsis:
Desde que me di cuenta de que debía de ser contada y decidí escribir aquella experiencia extraordinaria y reveladora, ahora lejana en el tiempo, pero con la certeza desde que ocurrió en que englobaba toda mi vida, y sobre la cual, yo había resuelto algunos de sus enigmas en el transcurso de los años, quise, que ocupara las primeras páginas del nuevo libro. Esa experiencia sería el punto de partida y motor que impulsaría mi argumento hasta el final…
No fue con una inquietante conversación entre Michael y yo ni tampoco, un fascinante y significativo encuentro con mi Amor, como yo quería empezar a narrar esa historia incomparable y sublime, y que sentencié para un libro antes de terminar de escribir la que convencida al principio había creído que sería mi única obra literaria.
Pero esa historia excepcional sin una base sólida sobre qué sostenerla en el plano terrenal, suspensa en un vacío porque se produjo en el plano celestial, ahora, no sería el principio. Ahora era necesario dar comienzo con una conversación, que fue resurgiendo como por un cuentagotas en mi memoria durante meses después de ocurrida una tragedia, aunque sólo reordenarla para transcribirla, ya pasados dos años y medio, me costó un mes y mucho dolor, y junto con un encuentro con el gran Amor, que días después conseguí rememorar, y lo publiqué en mi web, para dejar constancia del recuerdo, ahora, debían ocupar las primeras páginas por su contenido y transcendencia, porque con esos encuentros empezó a tomar forma visible partes desvanecidas de mi existencia, y darían sentido, al sin sentido de una vida, sobrellevada con la esperanza de alcanzar el conocimiento de, quién era yo, y porqué o para qué estaba en este mundo… y de dónde vine… y con mi ideal especial como una constante: encontrar el Amor en la Tierra.
Y siempre, luchando por ser yo misma, con el sufrimiento añadido que supone sentirte un extraño en casi cualquier lugar…
Y ha de ser así el comienzo de la historia porque esos encuentros fueron los detonantes que esclarecerían las partes que quedaron ocultas en transcurso de mi vida, y con ello, luego se mostró la conexión de mi existencia terrenal con la celestial.
El camino entre el bien y el mal con la esperanza de encontrar la verdad, el amor y el gran Amor, es un trayecto que a veces puede parecer insalvable, pero con Dios no existen barreras.
Desde que me di cuenta de que debía de ser contada y decidí escribir aquella experiencia extraordinaria y reveladora, ahora lejana en el tiempo, pero con la certeza desde que ocurrió en que englobaba toda mi vida, y sobre la cual, yo había resuelto algunos de sus enigmas en el transcurso de los años, quise, que ocupara las primeras páginas del nuevo libro. Esa experiencia sería el punto de partida y motor que impulsaría mi argumento hasta el final…
No fue con una inquietante conversación entre Michael y yo ni tampoco, un fascinante y significativo encuentro con mi Amor, como yo quería empezar a narrar esa historia incomparable y sublime, y que sentencié para un libro antes de terminar de escribir la que convencida al principio había creído que sería mi única obra literaria.
Pero esa historia excepcional sin una base sólida sobre qué sostenerla en el plano terrenal, suspensa en un vacío porque se produjo en el plano celestial, ahora, no sería el principio. Ahora era necesario dar comienzo con una conversación, que fue resurgiendo como por un cuentagotas en mi memoria durante meses después de ocurrida una tragedia, aunque sólo reordenarla para transcribirla, ya pasados dos años y medio, me costó un mes y mucho dolor, y junto con un encuentro con el gran Amor, que días después conseguí rememorar, y lo publiqué en mi web, para dejar constancia del recuerdo, ahora, debían ocupar las primeras páginas por su contenido y transcendencia, porque con esos encuentros empezó a tomar forma visible partes desvanecidas de mi existencia, y darían sentido, al sin sentido de una vida, sobrellevada con la esperanza de alcanzar el conocimiento de, quién era yo, y porqué o para qué estaba en este mundo… y de dónde vine… y con mi ideal especial como una constante: encontrar el Amor en la Tierra.
Y siempre, luchando por ser yo misma, con el sufrimiento añadido que supone sentirte un extraño en casi cualquier lugar…
Y ha de ser así el comienzo de la historia porque esos encuentros fueron los detonantes que esclarecerían las partes que quedaron ocultas en transcurso de mi vida, y con ello, luego se mostró la conexión de mi existencia terrenal con la celestial.
El camino entre el bien y el mal con la esperanza de encontrar la verdad, el amor y el gran Amor, es un trayecto que a veces puede parecer insalvable, pero con Dios no existen barreras.