Siempre he sabido, desde mi más tierna infancia, que no era igual que el resto de la gente. Mi cabello color fuego y esa fuerza inhumana que destilaban mis ojos azul violáceos al nacer sólo eran un factor más que desvelaban lo que era mi verdadero origen. Pensaba que guardar mi secreto hacía que algo en mí no estuviera del todo bien hasta que, un día, cuando volvía del cine con mi mejor amigo, descubrí tres cosas:
Una: la magia existe.
Dos: no estaba loca, y mis recuerdos no me hacían tan diferente a como imaginaba.
Tres: el amor verdadero es una de las armas más oscuras y peligrosas que existen. ¿Qué por qué lo digo? Pues porque posee la fuerza necesaria para llevar al mundo a la destrucción absoluta, y el poder suficiente para hacerte morir por su causa.
Una: la magia existe.
Dos: no estaba loca, y mis recuerdos no me hacían tan diferente a como imaginaba.
Tres: el amor verdadero es una de las armas más oscuras y peligrosas que existen. ¿Qué por qué lo digo? Pues porque posee la fuerza necesaria para llevar al mundo a la destrucción absoluta, y el poder suficiente para hacerte morir por su causa.