Solo si me amas es la tercera novela de la saga de las familias Macbeth y de Worken tras “Ángel con ojos color miel” y “Amando a un duque”. Lady Anne Blanche es la tercera de los hijos de lord Cliff de Worken, vizconde de Plamisthow, y lady Julianna. Tan parecida a su madre, cariñosa, risueña, inteligente, gusta de las excentricidades de su familia con quienes se siente segura y protegida por su inquebrantable unión. No concibe su vida y su futuro lejos de los suyos, menos aún de la mano de un hombre que desde el instante de conocerlo le hacía enfadar y deseos de golpear su dura y arrogante cabeza.
Lord Calvin Billers, vizconde de Donver, no podría prever que el destino le llevaría a buscar el auxilio de un viejo amigo de la familia y con ello encontrar un futuro inesperado. No imaginaba que esa jovencita que le prestó auxilio no solo era la hija de su anfitrión sino, además, la joven que marcaría su destino a pesar de su terco carácter, su antipatía hacia él y su habilidad para hacerle desear constantemente hacerla enfadar y refunfuñar solo para sentir el fuego furioso de sus ojos color miel centrados en él.
Pero el destino a veces es caprichoso y pone duras pruebas a quienes no lo piden. Una huida les hará necesitarse y aliarse para salvar sus vidas y su reputación. Quizás aunar esfuerzos les lleve a un futuro distinto del que imaginaban e incluso comprender que los recelos y la antipatía mutua no eran tales sino el comienzo de algo que escapaba de su control y voluntad. Quizás huir de hombres que deseaban matarlos no fuere el mayor peligro al que tuvieren que enfrentarse, quizás lo fuere aquél con quien huían, quizás ellos mismos y sus propios sentimientos. ¿Es el destino sabio o caprichoso y loco?
Lord Calvin Billers, vizconde de Donver, no podría prever que el destino le llevaría a buscar el auxilio de un viejo amigo de la familia y con ello encontrar un futuro inesperado. No imaginaba que esa jovencita que le prestó auxilio no solo era la hija de su anfitrión sino, además, la joven que marcaría su destino a pesar de su terco carácter, su antipatía hacia él y su habilidad para hacerle desear constantemente hacerla enfadar y refunfuñar solo para sentir el fuego furioso de sus ojos color miel centrados en él.
Pero el destino a veces es caprichoso y pone duras pruebas a quienes no lo piden. Una huida les hará necesitarse y aliarse para salvar sus vidas y su reputación. Quizás aunar esfuerzos les lleve a un futuro distinto del que imaginaban e incluso comprender que los recelos y la antipatía mutua no eran tales sino el comienzo de algo que escapaba de su control y voluntad. Quizás huir de hombres que deseaban matarlos no fuere el mayor peligro al que tuvieren que enfrentarse, quizás lo fuere aquél con quien huían, quizás ellos mismos y sus propios sentimientos. ¿Es el destino sabio o caprichoso y loco?