¿Quieres saber que hay después de la vida? este libro te descubre el mensaje de la eternidad, fue hecho con los relatos de almas que regresaron a platicar sus historias, conoce, aprende, escucha y recibe de ellas su mensaje.
A las 12 de la noche al sonar las campanas del silencio, las almas llegan a Caborita a platicar sus penas y pedir a Teresa Urrea y a Elizabeth Hernández su ayuda para alcanzar su libertad y su luz. Aquí sus historias.
Seguimos relatando los hechos que estamos viviendo con motivo de la Fraternidad entre vivos y muertos que se ha alcanzado, toca ahora narrar lo sucedido durante el año 2010, que viene 100 años antes en coincidir con los momentos históricos de la Revolución Mexicana de 1910.
Las historias aquí tratadas muchas coinciden en el tiempo, aunque no tratan precisamente de los hechos históricos que conocemos, algunas se relacionan y otras son vivencias actuales que se dan con motivo de aquellos momentos vividos, los personajes nos narran sus vidas y ahora regresan y nos hacen participar en su vida eterna que se les presenta.
Sigue siendo Teresa Urrea y Elizabeth Hernández quienes participan y dan vida a estos momentos, seguramente ustedes saben que Teresa Urrea vivió de 1873 a 1906, murió en Clifton, Arizona, USA y regresó a la vida para seguir ayudando ahora a las almas a encontrar el camino de la Luz para finalmente disfrutar su Vida Eterna. Presente siempre tenemos su mensaje “Después de cien años de muerta, yo les aseguro que si Dios me permitiera volver a retoñar, repetiría cada segundo, cada minuto, cada hora cada día, todos los hechos que viví, volvería a dar todo lo que di, volvería a luchar en contra de las injusticias y volvería a llenar de luz a todos aquellos que viven en la oscuridá”. Hoy, Teresa Urrea vive.
Desde nuestra perspectiva Elizabeth Hernández es en vida sucesora de una estirpe de mujeres importantes de nuestra historia, que se inicia con Yolitzin, Mallinally y sigue con Sor Juana Inés de la Cruz, Josefa Ortiz de Domínguez y Teresa Urrea.
Esperamos que siga siendo de su interés esto que aquí les queremos narrar, sobre todo porque de sus historias podemos alcanzar conocimientos para mejorar nuestra existencia. Disfrute su lectura.
A las 12 de la noche al sonar las campanas del silencio, las almas llegan a Caborita a platicar sus penas y pedir a Teresa Urrea y a Elizabeth Hernández su ayuda para alcanzar su libertad y su luz. Aquí sus historias.
Seguimos relatando los hechos que estamos viviendo con motivo de la Fraternidad entre vivos y muertos que se ha alcanzado, toca ahora narrar lo sucedido durante el año 2010, que viene 100 años antes en coincidir con los momentos históricos de la Revolución Mexicana de 1910.
Las historias aquí tratadas muchas coinciden en el tiempo, aunque no tratan precisamente de los hechos históricos que conocemos, algunas se relacionan y otras son vivencias actuales que se dan con motivo de aquellos momentos vividos, los personajes nos narran sus vidas y ahora regresan y nos hacen participar en su vida eterna que se les presenta.
Sigue siendo Teresa Urrea y Elizabeth Hernández quienes participan y dan vida a estos momentos, seguramente ustedes saben que Teresa Urrea vivió de 1873 a 1906, murió en Clifton, Arizona, USA y regresó a la vida para seguir ayudando ahora a las almas a encontrar el camino de la Luz para finalmente disfrutar su Vida Eterna. Presente siempre tenemos su mensaje “Después de cien años de muerta, yo les aseguro que si Dios me permitiera volver a retoñar, repetiría cada segundo, cada minuto, cada hora cada día, todos los hechos que viví, volvería a dar todo lo que di, volvería a luchar en contra de las injusticias y volvería a llenar de luz a todos aquellos que viven en la oscuridá”. Hoy, Teresa Urrea vive.
Desde nuestra perspectiva Elizabeth Hernández es en vida sucesora de una estirpe de mujeres importantes de nuestra historia, que se inicia con Yolitzin, Mallinally y sigue con Sor Juana Inés de la Cruz, Josefa Ortiz de Domínguez y Teresa Urrea.
Esperamos que siga siendo de su interés esto que aquí les queremos narrar, sobre todo porque de sus historias podemos alcanzar conocimientos para mejorar nuestra existencia. Disfrute su lectura.
