Cuando el millonario Matteo Santini compró una noche con Bella Gatti lo hizo para proteger su inocencia del peligroso juego en el que estaba atrapada. Nunca esperó quedarse tan enganchado de la poderosa atracción que sentía por ella o tan sorprendido por su desaparición al día siguiente.
Bella, camarera de hotel en Roma, había escapado de un bochornoso pasado, pero los recuerdos de esa noche con Matteo aún la perseguían. Estaban obligados a acudir juntos a una exclusiva boda en Sicilia y Bella sabía que el implacable magnate querría ajustar cuentas.
Pero cuando volvieron a verse quedó claro que la única forma de escapar sería pasando por la cama de Matteo.