Al analizar la Historia del Perú, desde el punto de vista de las decisiones y sus resultados, así como, de las actitudes y la filosofía, que llevó a nuestros antecesores y a nuestros contemporáneos, a tomar tales decisiones; es fácil deducir, que nuestra historia está formada por una cadena o un círculo vicioso de malas decisiones y fracasos.
Por simple extrapolación, es decir, proyectando la misma tendencia histórica, el panorama futuro del Perú, no solamente es preocupante sino, francamente desalentador. Dicho en otras palabras, no es posible ver la luz al final del túnel, lo cual puede significar, solamente dos cosas; que la salida está muy lejos o simplemente no existe, al menos en la dirección en la que estamos orientados. Es decir, hemos entrado a un laberinto, en el cual estamos perdidos; y lo más probable, es que estemos dando vueltas en círculos, envueltos en la más absoluta oscuridad; y tal vez sin saberlo, vamos hacia mayores profundidades, alejándonos cada vez más de la salida.
Si a alguien le parece, una observación demasiado pesimista, solo haga un esfuerzo para imaginar, visualizar, lo que será el Perú de aquí a 20 ó 50 años, si las cosas se siguen desenvolviendo en la misma forma, tomando decisiones bajo los mismos criterios, usando la misma filosofía. ¿Puede usted verlo? ¿Qué es lo que ve?. ¿Un país próspero, cívico, tecnificado, industrializado, sin analfabetos, con mínima delincuencia, sin corrupción, económicamente solvente, con paz social, respetado y admirado por la comunidad internacional? Si eso es lo que ve, puede estar tranquilo, siempre y cuando, tenga razones lógicas para esperar tan óptimo desenlace.
Pero si ve usted todo lo contrario, o no puede ver nada, es tiempo de sentarse a reflexionar, analizar cada concepto que estamos usando, para tomar nuestras decisiones, a fin, de encontrar los criterios que verdaderamente, nos ayuden a salir del laberinto.
Esta obra, está inspirada precisamente en esa reflexión. Porque hasta donde modestamente soy capaz de ver, no hay ninguna razón, para sentirme tranquilo y confiado, de que las cosas en el Perú van bien, que pronto veremos la luz a la salida del túnel.
Es la oscura realidad, la que inspira a buscar una salida. Como todo autor, esperaría que mi propuesta sea atendida, por una cantidad de compatriotas con el peso y fuerza suficiente, para romper la inercia de nuestro movimiento hacia el rumbo equivocado y cambiar a tiempo. Pero, si la propuesta no es suficientemente buena y realizable, al menos esperaría que inspire a otros, a proponer una mejor, que mueva a todos los peruanos a llevarla a cabo.
Por simple extrapolación, es decir, proyectando la misma tendencia histórica, el panorama futuro del Perú, no solamente es preocupante sino, francamente desalentador. Dicho en otras palabras, no es posible ver la luz al final del túnel, lo cual puede significar, solamente dos cosas; que la salida está muy lejos o simplemente no existe, al menos en la dirección en la que estamos orientados. Es decir, hemos entrado a un laberinto, en el cual estamos perdidos; y lo más probable, es que estemos dando vueltas en círculos, envueltos en la más absoluta oscuridad; y tal vez sin saberlo, vamos hacia mayores profundidades, alejándonos cada vez más de la salida.
Si a alguien le parece, una observación demasiado pesimista, solo haga un esfuerzo para imaginar, visualizar, lo que será el Perú de aquí a 20 ó 50 años, si las cosas se siguen desenvolviendo en la misma forma, tomando decisiones bajo los mismos criterios, usando la misma filosofía. ¿Puede usted verlo? ¿Qué es lo que ve?. ¿Un país próspero, cívico, tecnificado, industrializado, sin analfabetos, con mínima delincuencia, sin corrupción, económicamente solvente, con paz social, respetado y admirado por la comunidad internacional? Si eso es lo que ve, puede estar tranquilo, siempre y cuando, tenga razones lógicas para esperar tan óptimo desenlace.
Pero si ve usted todo lo contrario, o no puede ver nada, es tiempo de sentarse a reflexionar, analizar cada concepto que estamos usando, para tomar nuestras decisiones, a fin, de encontrar los criterios que verdaderamente, nos ayuden a salir del laberinto.
Esta obra, está inspirada precisamente en esa reflexión. Porque hasta donde modestamente soy capaz de ver, no hay ninguna razón, para sentirme tranquilo y confiado, de que las cosas en el Perú van bien, que pronto veremos la luz a la salida del túnel.
Es la oscura realidad, la que inspira a buscar una salida. Como todo autor, esperaría que mi propuesta sea atendida, por una cantidad de compatriotas con el peso y fuerza suficiente, para romper la inercia de nuestro movimiento hacia el rumbo equivocado y cambiar a tiempo. Pero, si la propuesta no es suficientemente buena y realizable, al menos esperaría que inspire a otros, a proponer una mejor, que mueva a todos los peruanos a llevarla a cabo.
